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Se abre el telón y aparece Daqui con un sombrero de «El Zorro», un chaleco de Clint Eastwood, un pañuelo del circo de Búfalo Will, pantalón y botas semi-vaqueras y fumando una rabaseta con la mismita cara que hubiese puesto Charles Bronson, tras pillarse las criadillas con la tapa de un piano de cola... y todo esto, cabalgando sobre una pizarra en la que Andrés, con un cacho de tiza, a pintado la cabeza de un caballo.
No. No se nos ha ido la olla del todo. Es el monumental, el épico inicio de El Camarote 58 del 6 de abril de 2010.
Estuvimos a pique de cascar todos de risa, con lo que el inicio y el fin hubiesen sido una misma cosa, y Pepe hubiese tenido que despejar el estudio con una pala.
Afortunadamente pudimos superar el lance y emprenderla con el pobre Ennio Morricone -ajeno por completo a semejante despropósito- y su dilatado carrerón como compositor.
No os quepa la menor duda que nos salimos por peteneras un millar de veces, y hablamos de cosas que no estaban en ese guión que, como si de un «kleenex» se tratase, acaba siempre hecho un gurruño en un rincón.
A voz en grito le felicitamos el cumple a Quique: ¡QUIQUE Felicidades vejete!
Y también dijimos a coro: ¡NACHO llama!
Salimos al paso de las dudas sobre la posible HispaCon de Burjassot, y canturreamos las melodías del Sr. Morricone mientras despachábamos correos con más energía que Miguel Strogoff.
¡Nadie da más por menos!
Pero el martes próximo nos superaremos.
Denlo vuesas mercedes por hecho.
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